En la provincia de Burgos, España, nació en 1870 Clemente Manchado, quien tenía varios hermanos, de los cuales él era el menor. La situación económica era muy mala en España, por lo que con dos de sus hermanos decidieron viajar a América en barco y, como no tenían dinero para pagar el pasaje, lo hicieron como polizones.
El barco cruzó por el Canal de Panamá y llegó a Chile, donde desembarcó Clemente. Uno de sus hermanos bajó en un puerto que tocaron y el otro se fue a Brasil, donde le cambiaron el apellido y pasó a ser Machado. Nunca más se vieron ni supieron uno del otro. Don Clemente deseaba trasladarse a la Argentina y cruzó la cordillera para venir a Mendoza, adonde arribó en 1897 y se estableció en San Rafael.
Desde que llegó fue protegido por Luis Tirasso, quien ayudaba a todos los inmigrantes que llegaban. Le ofreció un terreno para que lo fuera pagando con sus cosechas. Plantó viñedos y frutales. Clemente ahorró y en poco tiempo terminó de pagar su finquita sobre la calle Tirasso. Cuando sus viñas comenzaron a producir y elaboró vino patero, con las ganancias que esto le producía fue trayendo algunos amigos de su mismo pueblo a quienes les pudo pagar los pasajes. También viajaron los hermanos Martín Ruiz, quienes pudieron comprar una finca cercana en la actual Adolfo Calle.
Cuando estos llegaron, don Clemente conoció a María, hermana de los jóvenes y se casó con ella.
Con gran esfuerzo Clemente construyó su bodega sobre la calle Tirasso alrededor de 1928. El edificio era muy grande, de dos cuerpos, después de la bodega Tirasso fue la más grande de la zona. Al principio vendía sólo vino a granel y luego registró la marca “Manchado”.
Tuvo tres hijos: Clemente, que nació en 1902, Antonio y Elena, cuyo nacimiento se produjo en 1912. Su hija contaba que enfrente de la bodega en esos tiempos todavía había una toldería de indios, los que habían quedado tras la Conquista del Desierto.
Su hijo Antonio adquirió un terreno que llegaba hasta la calle Salas y le puso “Las Dos Marías”, años después donó una parte de su terreno para que se construyera una escuela a la que le pusieron el nombre de su padre: “Clemente Manchado”.
Clemente, el mayor, fue enviado a estudiar a Buenos Aires donde estuvo internado en un colegio. Estudió abogacía y pasado un tiempo fue designado juez federal. Permaneció en ese cargo durante varios años, hasta que se produjo la Revolución Libertadora y fue removido. Cuando lo sacaron vendió todas sus propiedades y viajó a Buenos Aires donde murió en 1962.
Antonio fue presidente de la Específica de Bodegueros de la Cámara de Comercio de San Rafael en 1957. Murió en el año 1964. Sus hijos quisieron continuar con la bodega, pero habían contraído un crédito que no pudieron pagar. La bodega fue dada de baja en 1976.
Textos: María Elenza Izuel Fuente: Diario UNO