
Procedente de Siria llegó al país como inmigrante Alfredo Burhan Juri. Nació el 6 de enero de 1905 y arribó en febrero de 1921 junto con su madre Zaie Awad y sus hermanos.
Era muy joven cuando junto a su familia se trasladó a Malargüe, donde ya habían otros paisanos como él. Se dedicaron al comercio, que era la ocupación principal de los sirios, y abrieron un almacén de ramos generales.
En 1928 contrajo matrimonio con Rosa Ayub, quien era hija de Salomón Ayub, un importante comerciante instalado en Cuadro Benegas. Conformaron una gran familia y nacieron siete hijos. Los varones Carlos Antonio y Alfredo Eduardo y cinco niñas: Nelly Rosa, Lía Esther, Haydeé Alicia, Ana María y Martha Angélica.
Era un hombre sumamente inquieto y se dedicó a muchas actividades para lograr el engrandecimiento de Malargüe, su pueblo adoptivo.
Participó junto con Eugenio Isasky de la movida para dotar de electricidad a la villa, fue el creador de la cooperadora de la Escuela “Rufino Ortega”, fue corresponsal del Banco de la Nación Argentina y luego, junto con otros vecinos, encararon la gestión para que se abriera una sucursal de ese banco, que posteriormente edificó una hermosa construcción en el sitio donde había estado su almacén.
No existía en Malargüe quién representara a YPF, por eso en 1934 él se ofreció y fue así que instaló la primera estación de servicio con expendio de combustibles de Malargüe.
Realizó en la zona los primeros cultivos de papa y logró, después de varios años, que este departamento fuera declarado zona productora de semillas de papa. Se dedicó a la minería y registró la mina Santa Rosa, en la zona de Las Leñas, con producción de asfaltita.
Formó una comisión de vecinos y comenzaron las tratativas para que Malargüe fuera declarado nuevamente departamento, como lo había sido en el pasado, lo que finalmente fue aprobado por Ley Nº 1937 del 16 de noviembre de 1950 por el gobernador de la Provincia, el teniente coronel Blas Brisoli.
Una vez conocido el decreto, elevó una nota al Gobernador ofreciendo en calidad de donación el terreno necesario para la construcción del edificio municipal frente a la Plaza San Martín. Recién durante la intendencia de Guillermo Salomón fue aceptada la donación por el Concejo Deliberante y firmada la escritura.
Poseía una profunda fe cristiana, por lo que apoyó en todo a la comisión que se formó para la construcción de la nueva Parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Mudanza a San Rafael
Tras más de 20 años trabajando y viviendo en Malargüe, junto con su familia se trasladó a San Rafael en 1943. Compró viñedos en la zona de Las Paredes e ingresó como socio de la Cámara de Comercio, Industria y Agropecuaria de San Rafael.
En el departamento entró en el vértigo de la vitivinicultura y se acercó a varias personas que ya tenían bodega con el fin de aprender esta nueva actividad. Fue así que en 1951 adquirió una bodega al señor Giambastiani de General Alvear, ubicada en Las Paredes.
La bodega había sido construida por los hermanos Camileti en un terreno ubicado entre las calles Jensen y Sarmiento. Eran 10 hectáreas de las cuales 8 estaban cultivadas con vid. Esta propiedad había sido adquirida anteriormente por los hermanos Primo, Lino y Félix Panelli, que luego la vendieron.
Alfredo se inició como bodeguero elaborando 600.000 litros de vino, que era la capacidad de la bodega que compró, pero poco después, en 1957, renovó las instalaciones y amplió la capacidad a 6.000.000 de litros, contando con 75 piletas de hormigón armado, 7 toneles de Roble de Nancy y 3 tanques de acero inoxidable.
La superficie cubierta del galpón cubre 1.800 metros cuadrados, el edificio está recubierto de ladrillo visto hacia el exterior y tiene el techo de zinc a dos aguas.
Desde un principio disponía de equipos de enfriamiento, lo que era poco común en las bodegas locales. El técnico de su bodega fue su yerno, el ingeniero y enólogo Ernesto Panelli, casado con Haydeé Alicia.
En 1965 transformó la SRL en sociedad anónima con la integración de hijos y yernos. A partir de 1968 la dirección técnica pasó a manos de su hijo Alfredo Eduardo y su hijo Carlos lo ayudó en la administración.
Amplió sus hectáreas de cultivos y llegó a poseer 42 de parrales y 22 con espalderas, la gran mayoría de uvas finas en la zona privilegiada de Las Paredes, obteniendo vinos varietales de gran calidad, en especial los tintos.
Alfredo falleció en San Rafael el 13 de marzo de 1986 y su esposa Rosa el 24 de febrero de 1996.
Sus herederos continúan con la bodega y han obtenido importantes premios en concursos internacionales de vinos.
Fuente: Diario UNO Textos: María Elena Izuel